24 agosto 2016

La historia de mi máquina de escribir (2002)

La historia de mi máquina de escribir

Paul Auster (EEUU, 1947)

  • GÉNERO: Narrativa contemporánea
  • EDITORIAL: Seix Barral
  • LUGAR DE EDICIÓN: Barcelona, España
  • AÑO: 2016 (primera edición en esta colección)
  • PÁGINAS: 64
  • ISBN: 978-950-731-880-1
  • ORIGINAL EN INGLÉS: "´The Story of My Typewriter", (2002)
  • TRADUCCIÓN: Benito Gómez Ibañez



CONTRATAPA
Para Paul Auster, su Olympia es más que una herramienta de trabajo: desde la década de 1970 ha sido una fiel compañera en su prolífico viaje literario, amiga silenciosa, confidente de los relatos de toda una vida. Un día, la curiosa mirada de Sam Messer convirtió esta máquina de escribir en un ser con personalidad, con “deseos y estados de ánimo”. Sus ilustraciones son deslumbradores retratos y un sincero homenaje a aquella que tanto ha ofrecido a uno de los autores más importantes de la literatura contemporánea.

RESEÑA
Esto es algo extraño. Estoy resistiendo el impulso de escribir al editor de este libro y sugerirle una modificación en su autoría. No se trataría de un libro de Paul Auster ilustrado por el artista Sam Messer, sino de un libro de ilustraciones de Messer, acompañado con inspiradas glosas de Paul Auster. Sostengo esta curiosa clave de lectura en las siguientes observaciones: la calidad y cantidad de ilustraciones (treinta y cinco) en un libro de solo sesenta y cuatro páginas, y la certidumbre de que es la mirada del pintor la que dotó de vida propia al artefacto que titula la obra, y con el que Auster compartió la mitad de su vida al momento de escribir el texto. “Nunca he tenido intención de convertir a mi máquina de escribir en un personaje heroico. Eso es obra de Sam Messer, un individuo que se presentó un día en mi casa y se enamoró de ella […] Sam ha tomado posesión de mi máquina de escribir, y poco a poco ha ido transformando un objeto inanimado en un ser con personalidad y presencia en el mundo. La máquina tiene ahora deseos y estados de ánimo, expresa cólera ciega y alegría exuberante y, encerrado en el interior de su metálico cuerpo gris, casi podría jurarse que se escucha el latido de un corazón”. No es nuestro escritor un reaccionario cascarrabias por el hecho de utilizar diariamente su vieja Olympia, sino uno de los últimos ejemplares de homo scriptorus del siglo xx, como él mismo lo admite. Y de ahí su preferencia por sentir las manos sobre ese teclado. Y los pesados tipos trazando una hoja en blanco. Y el olor a tinta, y a grasa y a papel. Claro, es su amor por ella: la máquina de escribir. Este pequeño libro refleja una vez más la fascinación humana por recuperar esas pequeñas cosas que, como reflexiona Joan Manuel Serrat, “nos tienen tan a su merced como hojas muertas”.


20 agosto 2016

El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003)

El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003)

Eric-emmanuel Schmitt (Francia, 1960)
  • GÉNERO: Ficción contemporánea / Novela
  • EDITORIAL: Ediciones Obelisco, S.L.
  • LUGAR DE EDICIÓN: Barcelona, España
  • AÑO: 2007 (sexta edición)
  • PÁGINAS: 79
  • ISBN: 978-84-9777-988-1
  • ORIGINAL EN FRANCÉS: "Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran", Editions Albin Michel (2001)
  • TRADUCCIÓN: Alex Arrese
Contratapa:
En el París de los años setenta Momó, un muchacho judío de 13 años se hace amigo del tendero árabe de la calle Azul. Pero las apariencias siempre son engañosas: El Sr. Ibrahim, el tendero, no es árabe, la calle Azul no es azul y el muchacho puede no ser judío. Eric-Emmanuel Schmitt (1960) es el autor de teatro francés más reprsentado en Francia y en el extranjero. Sus obras se han estrenado en más de 30 países. Este breve relato, gran éxito teatral en Francia, es el sgundo de la Trilogía de lo Invisible. Ha sido llevado al cine con actores como Omar Sharif e Isabelle Adjani.

Reseña:
Épocas turbulentas nos rodean, en términos étnico-religiosos. Nada nuevo bajo el sol, considerando que la mala costumbre de los humanos de aporrearnos por nuestras diferencias tiene siglos y siglos de edad. Pero luego aparecen pequeñas gemas en el barro de la literatura que nos reconcilian y dan esperanzas de que -al menos en un mundo de papel- las cosas pueden ser diferentes. Eric-Emmanuel Schmitt (Francia, 1960), más conocido por su faceta como dramaturgo, desarrolla en "El señor Ibrahim y las flores del Corán" un doble diálogo cruzado: intergeneracional e interreligioso. Moisés, un joven parisino de trece años de religión judía, entabla una amistad con el almacenero del barrio es decir el mencionado señor del título. En rigor de lo cierto, el comienzo de la novela resulta un poco desparejo respecto de su desarrollo ulterior, con incursiones un poco torpes en la iniciación sexual del adolescente, asi como en la elección del lenguaje utilizado. Volviendo a nuestra lectura, puede advertirse que los prejuicios, los celos y la desconfianza del jovencito van cediendo poco a poco, en la misma medida en que Moisés (Momó a partir de ese encuentro) advierte que crecer y amar no está exento de dolores y decepciones. Temas como la sexualidad, el dinero, las relaciones paterno-filiales, y hasta el mismo sentido de la vida, se van enhebrando en cálidas conversaciones donde la voz del Señor Ibrahim se destaca como un remanso de sabiduría en la turbulenta vida citadina: "El hombre se pasa la vida en dos sitios solamente: en su cama y en sus zapatos", "Cuando se quiere aprender algo, no se coge un libro. Se habla con alguien", "La belleza, está allí donde mires. Eso está escrito en el gran libro", "No responder, esa también es una respuesta". Esta novela breve con dosis alternadas de melancolía y buen humor, fue llevada al cine en 2003 con la célebre Isabelle Adjani entre sus actores principales.

10 agosto 2016

Tao-Tê-Ching

Tao-Tê-Ching (El libro del recto camino)

Lao-Tsé (China, Siglo VI A.C.)

  • GÉNERO: Filosofía / Religión
  • EDITORIAL: Ediciones Morata, S.A.
  • LUGAR DE EDICIÓN: Madrid, España
  • AÑO: 1980 (quinta edición)
  • PÁGINAS: 127
  • ORIGINAL EN INGLÉS: Tao Tê Ching, George Allen & Unwin, Ltd. London, 1970
  • TRADUCCIÓN: Caridad Díaz-Faes
 Literatura, en un sentido amplio. Así comenzaría definiendo este antiguo escrito de mil caras. El Tao Te Ching, o Tao Te King, cuya autoría es asignada a un Homero oriental de nombre Leo Tsé, resiste una y otra vez el paso del tiempo, las traidoras traducciones, los reduccionismos teológicos, las lecturas sesgadas, y hasta -por qué no- las buenas intenciones. En mis manos tengo un ejemplar español de una versión inglesa, de una transliteración moderna de un original escrito en chino antiguo probablemente en innúmeras tablillas de barro, rollos de seda o bambú, a partir de narraciones orales. ¿Qué esperanza podría caber de extraer occidentales certezas acerca de su origen, ulteriores modificaciones, y su inicial sentido? Ninguna, por supuesto. Y sin embargo nuestra cultura hace cientos de años que se siente atraída por esas y otras inefables razones a esta colección de versos conocida como "El libro del camino recto" o "El libro de las virtudes". A través de breves capítulos y secciones, y con tono poético, Lao Tsé da consejos políticos y de recta conducta a los hombres,  reflexiona sobre la existencia, pondera el contraste entre los opuestos, aborda el tema de la armonía y hasta la sabiduría misma. Entre sus páginas me encontré con el estoicismo de Marco Aurelio ("Riquezas, honores y orgullo llevan en sí mismos la destrucción", IX), la conversación entre el Marco Polo y Gengis Khan de Italo Calvino ("Treinta rayos convergen en el cubo de la rueda; y de esta parte en la que no hay nada, depende la utilización de la rueda", XI), la poesía de Alejandra Pizarnik ("El Uno, revelado, no deslumbra; oculto, no pierde su luz; infinito, no puede ser definido; retorna a la no-existencia", XIV), el freudiano principio de Nirvana, y hasta Jacques Lacan y su teoría de la falta. La riqueza expresiva del Tao Te Ching, y a la vez la profunda oscuridad que lo rodea, es lo que mantiene su interés, su vigencia, y su multivocidad. Después de todo, tal como afirma Lao Tsé ya en su primer renglón "el Tao que puede ser expresado no es el Tao eterno".

04 agosto 2016

Cuentos de la Dinastía Tang

Cuentos de la Dinastía Tang (1962)

AA.VV. (China, 618-907)

  • GÉNERO: Narrativa china
  • EDITORIAL: Capricornio
  • LUGAR DE EDICIÓN: Argentina
  • AÑO: 1965
  • PÁGINAS: 111
  • ORIGINAL EN FRANCÉS: Contes de la Dynastie des Tangs, Editions en langues etrageres / Pekin 1962
  • TRADUCCIÓN: Bernardo Kordon
 Resulta difícil no adentrarse en la lectura de este viejo ejemplar, sin rememorar casi en forma inmediata la "Antología de la literatura fantástica" de Borges, Bioy y Silvina Ocampo. Y no es porque el sueño de la mariposa de Chuang Tzu se encuentre en la selección de estos cuentos de la Dinastía Tang (618-907 D.C.), sino porque se advierte ese espíritu tan oriental que desmarcándose de lo absurdo consigue a la vez que una bella joven se transforme en ave, que una fortuna se multiplique cuanto más se gaste, que un palacio esté en una nube, en una cueva o en el fondo de un lago. En fin, que lo sobrenatural sea tan cotidiano como sus personajes: labriegos, esclavas, eunucos, guerreros borrachos y jóvenes licenciosos. Referir los autores antologados no nos representa mayor conocimiento, pero vale la pena rescatar sus nombres como singulares cronistas de tradiciones orales de su época: Li Fou-Yen (autor de El derrochador y el alquimista), Li Tchao-wei (autor de "La hija del Rey Dragón", y Siué Tiao (autor de "La incomparable Wu-Chuang") entre varios. La dinastía Tang (618-907), fue la edad de oro de la poesía y el cuento de la vieja civilización china. Tal como lo remarca el traductor Bernardo Kordon en su prólogo / contratapa: "Estos cuentos... nos prueban fehacientemente la universalidad del arte y la universalidad del hombre".

22 julio 2016

Lo bello y lo triste

 

Lo bello y lo triste (1961)

Yasunari Kawabata (Osaka, 1899 - Zushi, 1972)

  • GÉNERO: Narrativa japonesa
  • EDITORIAL: Booket
  • AÑO: 2013 
  • PÁGINAS: 201
  • ISBN: 978-987-580-607-8

"Lo bello y lo triste" corona la búsqueda de todo autor de poder titular con virtuosismo una novela. Quien llega a sus páginas finales, sabe que allí donde anida la belleza, más temprano que tarde la tristeza -y por qué no el horror- ocupa su lugar. Kawabata construye con pinceladas dignas de una acuarela medieval, el retrato de la soledad en compañía. ¿La Otoko adolescente y literaria es más real que la pintora madura que no olvidó su primer amor? ¿Los jóvenes Keiko y Hiromi están destinados a pagar las faltas de sus mayores? Llevada al cine con poco éxito, esta novela de Kawabata fue catalogada recientemente como "soft porn", triste etiqueta post "Twelve shades of gray". Vale la pena acercarse al original, y acompañar a los personajes a un Japon remoto hasta para ellos mismos, con venerables templos llenos de musgo y jardines donde los vacíos son más importantes que el propio contenido.

16 julio 2016

Seis personajes en busca de un autor



    Seis personajes en busca de un autor (1920)

    Luigi Pirandello (Agrigento, 1867 - Roma, 1936)

    • GÉNERO: Teatro italiano
    • EDITORIAL: Ediciones del Carro de Tespis
    • AÑO: 1977 
    • PÁGINAS: 64
    • ISBN: s/n
    El yo y su envés, el otro. La realidad y la fantasía. Lo uno y lo múltiple. El individuo y la sociedad. Todos estos temas profundamente pirandellianos, quedan retratados en esta obrita (el diminutivo es por su extensión, y no valora su importancia) que ya cumplió más de 100 años. Si el teatro implica la representación de una fantasía, una vez creada esta historia no es menos real que la realidad cotidiana. Al menos así lo entiende Pirandello: "Para vivir eternamente no se necesita poseer dotes extraordinarias o hacer prodigios. ¿Quién era Sancho Panza? Y sin embargo, vive eternamente porque tuvo la suerte de encontrar una matriz fecunda, una fantasía que lo supo educar y  nutrir y hacerlo vivir por toda la eternidad". Usted, señor lector, ¿qué personaje no ha creado aún mientras él ya está en su busqueda?

    11 julio 2016

    ¿Por qué un diario? ¿De quién?

    No soy Baudolino. Pero como él, adoro la ficción, los juegos del lenguaje y la creación. Donde otros ven un narval, yo advierto un unicornio. Unas pocas astillas podrían provenir de la Santa Cruz, o del Arca de Noé mejor aún. No sé griego, apenas balbuceo el latín, y de las lenguas provenzales sólo retengo su definición de los crucigramas: oc. Pero leer, ¡ah, leer! Desde que aprendí a leer, no puedo dejar de imaginar qué historias hay dentro de un libro. Olorosa y vetusta, o blanca y reluciente, cada página me traslada a otros mundos, poniéndome en otras pieles, transportándome a otras culturas. ¿Quién dice que se lee con los ojos? ¡Se lo hace con los cinco sentidos! Y después de cada viaje, sentimos que hemos crecido un poco, que el mundo se ensancha o se encoge (según la óptica que elijamos), que nuestro apetito se ha abierto y la sed por nuevos destinos no se termina jamás. Por eso decidí compartir algunas de mis lecturas, en ese itinerario siempre diagonal donde la intertextualidad puede llevarnos de cita en cita, entre temas, abordajes, géneros y soportes. No me comprometo a mantenerlo actualizado -mi compromiso es sólo hacia los libros- pero intentaré llevar adelante este diario, en el tiempo que disponga. Así doy inicio a El Diario de Baudolino, de escritura más literaria que crítica. Están avisados. Ahora sí, pueden pasar.