06 mayo 2020

Gabriela Mistral - Una palabra (1954)

UNA PALABRA

Yo tengo una palabra en la garganta

y no la suelto, y no me libro de ella

aunque me empuje su empellón de sangre.

Si la soltase, quema el pasto vivo,

sangra al cordero, hace caer al pájaro.


Tengo que desprenderla de mi lengua,

hallar un agujero de castores

o sepultarla con cal y mortero

porque no guarde como el alma el vuelo.


No quiero dar señales de que vivo

mientras que por mi sangre vaya y venga

y suba y baje por mi loco aliento.

Aunque mi padre Job la dijo, ardiendo,

no quiero darle, no mi pobre boca

porque no ruede y la hallen las mujeres

que van al río, y se enrede a sus trenzas

o al pobre matorral tuerza y abrase.


Yo quiero echarle violentas semillas

que en una noche la cubran y ahoguen,

sin dejar de ella el cisco de una sílaba.

O rompérmela así como la víbora

que por mitad se parte entre los dientes.


Y volver a mi casa, entrar, dormirme,

cortada de ella, rebanada de ella,

y despertar después de dos mil días

recién nacida de sueño y olvido.

Sin saber ¡ay! que tuve una palabra

de yodo y piedra-alumbre entre los labios

ni poder acordarme de una noche,

de la morada en un país extranjero,

de la celada y el rayo a la puerta

y de mi carne marchando sin su alma!


1954


Gabriela Mistral (Vicuña, 1889 – New York, 1957) fue una de las poetas más notables de la literatura chilena e hispanoamericana. Se la considera una de las principales referentes de la poesía femenina universal y por su obra obtuvo en 1945 el primer Premio Nobel de Literatura para un autor latinoamericano. De manera póstuma se reunieron en libro parte de sus prosas, rondas, cantos, oraciones y poemas no editados en vida de la poeta. La Biblioteca Nacional de Chile conserva actualmente el más importante fondo documental dedicado a su legado, compuesto por 563 piezas, que incluyen manuscritos, epistolarios, fotografías y otros documentos privados.


 



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