TUCUMÁN
A Delfín Gallo
CIÑEN, oh Tucumán, laurel y
flores
de púrpura tu frente y de
esmeralda;
como manto de rey, brilla en tu
espalda
el velo tropical de cien
colores.
¡Tierra de seducción, jardín de
amores!
De tus nevados cerros en la
falda
planté mi tienda un día, y mi
guirnalda
primera hube en tus
bosques bullidores.
Del pobre altar que alcé para tu
gloria,
crecía en las junturas de la
piedra
un haz de madreselva y
verde hiedra:
Ato a la breve flor, cual tu
memoria,
hiedra vivaz como el recuerdo
mío,
y formo un ramo agreste
que te envío.
(De “Le cahier des sonnets”, 1874)
Paul François Groussac
(Toulouse, 1848 – Buenos Aires, 1929) fue un
escritor, historiador, crítico literario y bibliotecario franco-argentino. En
su juventud en Francia estudió los clásicos en el colegio de los dominicos,
donde conoce al padre Lacordaire, un escritor romántico que ejerce influencia
sobre él. Victor Hugo es en esta época, su máximo inspirador. Instalado ya en
la Argentina, dicta clases en la Escuela Normal y en el Colegio Nacional de
Tucumán. Se interesa profundamente por la historia y la lengua local,
convirtiéndose en un gran estudioso y ensayista; publica en la "Revista
Argentina" y dirige La Unión (periódico del gobierno tucumano, por encargo
del gobernador Federico Helguera). Dirigió la Escuela Normal de Tucumán entre
1878 y 1881, provincia donde vivió doce años, y a la que dedica en 1874 el
soneto que presentamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario